Dicen que el mejor lugar del mundo es donde el ser humano se encuentra a sí mismo, haciendo todo eso que lo hace feliz. Que la vida se goza distinto en esos momentos de libertad, y su sola presencia basta para confiar que todo está bien.
Dicen que abrazarse a desconocidos es abrir ventanas a otros mundos, y que soltar las riendas es dejar que el miedo se disuelva en la adrenalina de lo imposible.Que la magia aparece, quizás, al permitirse sentir esa belleza que trae lo simple y sencillo.
Dicen que, en esos instantes, donde el alma se aferra al presente, la felicidad no pide permiso.